Cuando caiga la tarde dejaré de pensar en usted.
Solo cuando caiga la tarde renunciaré a eso que nunca perdí. Disculparé sus errores y los míos. Comprenderé al fin que yo no tengo que “armarme” líos por usted, ni usted por mí.
¡Sí! Cuando el cielo no sea ni día ni noche, me atreveré a aceptar que -a usted ayer- se le ocurrió la grandísima idea de no esperar a que yo le contestara el telefóno.''
Bonito texto, no hay que armarse lios por nadie, si alguien merece la pena no hará falta.
ResponderEliminarUn abrazo!
gracias! me alegro que te guste!:)
ResponderEliminarbesos bella<3