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sábado, 26 de julio de 2014

sOLO

Durante años te sentiste solo en las más diversas situaciones. Rodeado de gente, en la escuela, en el trabajo o en tu casa. No importaba con quién estuvieras, había momentos en los cuales te embargaba una soledad tan inmensa y un vacío tan pesado que hasta se te dificultaba respirar.
El sentimiento de soledad permanente es una constante en la vida de muchos individuos. Aunque estemos permanentemente ocupados en nuestro trabajo, con nuestra familia, y llenemos todo nuestro tiempo con cosas reales o imaginarias (como por ejemplo, preocupándonos por un futuro tan incierto como impredecible) nos sentimos vacíos con frecuencia. Tratamos de no tener ni un minuto libre durante el día y de caer rendidos en la noche para evitar conectarnos con nuestras emociones y nuestra propia intimidad. ¿Qué pasaría si nos enfrentáramos a ellas? ¿Qué descubriríamos? ¿A qué le tememos?
La impresión de estar solos suele ir acompañada de una certeza infundada de no pertenecer al lugar en el que estamos, o de que no nos quieren allí por algún motivo. Lo que deja entrever un nivel bajo de autoestima, generado por alguna situación real o imaginaria del pasado. La mismísima Madre Teresa de Calcula pregonó que “La soledad y la sensación de no sentirse querido son la pobreza más grande”.
Si creemos que sólo por vivir cada día a las corridas, llenos de ocupaciones, la sensación de soledad va a desaparecer como por arte de magia, no estamos haciendo lo correcto. Tampoco si nos rodeamos de gente permanentemente y evitamos estar solos. Si hay un tema personal inconcluso que está pidiendo a gritos que lo enfrentemos, y por eso perturba nuestra tranquilidad, va a seguir haciéndose notar hasta que le ofrezcamos unos momentos de nuestro tiempo para que salga a la superficie. Si decidimos seguir dejándolo en la oscuridad va a continuar provocando angustia y desajustes hasta que aflore.
Cuando nos sentimos profundamente solos en la intimidad de nuestro ser, suponemos que no contaremos con la entereza interna para convivir con lo que provoca ese vacío. ''







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